Una investigación seria en torno a las abejas silvestres requiere de tiempo, paciencia y dedicación para obtener datos y sacar conclusiones. Este estilo es parte de la metodología que Pablo Vial utiliza, lo cual le ha llevado durante doce años a monitorear los mismos puntos tanto diversidad como abundancia de abejas nativas (abejas chilenas) e introducidas, fenología, etc, uno de estos puntos es en una distante quebrada y zona en muy buen estado de conservación, donde se encuentran los remanentes del bosque primario (menos del 1%). Entre estas especies está la Diphaglossa gayi, probablemente ya en unos años en su límite geográfico, más septentrional, también, entre otras especies, el cada día más escaso Bombus dahlbomii, especie con la cual el observador común se tiende a confundir.
Las actuales condiciones de sequía y cambio climático están configurando un nuevo cuadro en el que la evidencia sobre estas especies muestra que van desapareciendo de estos lugares.
Diversas medidas de conservación y mitigación del impacto del ser humano se vuelven cada vez más necesarias. No nos aburriremos de insistir como Fundación Abejas de Chile en este importantísimo punto.
Lo que se aprecia en estas imágenes son unos machos Diphaglossa gayi intentando copular, mientras la hembra forrajea una Vicia magnifolia, uno de sus principales recursos en la zona central de Chile. Esta podría ser una de las poblaciones más septentrionales al día de hoy. Hasta el año 2018 aún presentes en Altos de Chicauma (RM).
Antiguamente, poblaciones de esta especie eran observadas desde Coquimbo a Chiloé, pero actualmente se han desplazado cada vez más a zonas meridionales, producto de la degradación de su hábitat.