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Categoría: Educación

Electricidad estática, abejas y flores

 

 

 

 

 

Electricidad estática, abejas y flores

¿Sabían que las abejas, al volar, generan carga estática positiva por la fricción con el aire? Esto les permite capturar de manera eficaz el polen, con carga negativa, adhiriéndose a la densa vellosidad de la abeja. Esta capacidad facilita su trabajo y las hace más eficientes en el proceso de polinización, utilizando el esencial polen para aprovisionar los nidos para su descendencia, que emerge en la temporada siguiente (abejas solitarias).

Comunicación y eficiencia

Durante las visitas a las flores, las abejas, al posarse, transfieren parte de estas cargas a las flores. Estas cargas se irán perdiendo gradualmente, emparejadas con el flujo de néctar y polen. Entonces, las plantas utilizan esta carga para indicar si hay o no polen y néctar disponible en ese momento. Es decir, cuando la flor está cargada, cargas muy pequeñas (ojo, un picoculombio, con 1.000 recién el ser humano es capaz de percibirlas) le indica a las abejas que acaban de ser visitadas, ahorrándoles tiempo y energía (1). La carga se va perdiendo gradualmente. Esto facilita extraordinariamente la comunicación entre abejas y plantas sobre la disponibilidad de recursos florales. Así, la planta no hace perder tiempo a las abejas, recordando que estas deben ser eficaces y eficientes, ya que están contra el tiempo. Las flores también ayudan a las abejas para seguir contando con ellas en la próxima floración.

 

1 Pirvu, L., Dezmirean, D. S., & Marghitas, L. A. (2016)

Imagen generada por IA Copilot Designer

Abejas, plantas y señales químicas

Abejas, plantas y señales químicas:

Las abejas tienen una capacidad extraordinaria para interpretar su entorno, lo que les permite ser más eficaces y eficientes. Desde discernir los colores de las flores hasta detectar sutiles cargas eléctricas (penúltima publicación).

Desde los compuestos aromáticos de las flores para atraer a las abejas, y estas para encontrarlas, con los receptores químicos en las antenas y setas (pelos receptores). En áreas abiertas, por ejemplo en la Región de Atacama, las flores Intensifican sus compuestos aromáticos para que las abejas nativas puedan percibir a centenares de metros, como lo hace la Caesalpinia angulata (retamo del norte) También marcan las flores donde han sido atacadas (y sobrevivido) con el objetivo de eliminarlas de sus rutas [Giurfa, 1996].

Obviamente, las abejas parasitoides son capaces de encontrar a sus huéspedes a decenas de metros [Wäckers et al., 2011].

Las abejas deben ser precisas o, idealmente, exactas para no perder tiempo encontrando flores, especialmente detectar las flores dañadas. Pueden distinguir los volátiles emitidos por las flores intactas de los liberados cuando las células vegetales se dañan (no generando polen, néctar o aceites) [Dudareva et al., 2006]. Esto es a un nivel de detalle impresionante. Otro aspecto notable es cuando marcan su nido, más aún cuando están anidando cerca unas de otras; deben ser capaces de seguir este volátil de manera rápida (publiqué un corto documental al respecto).

Lamentablemente, la contaminación del aire (y suelo) las afecta significativamente. Desde los humos del transporte motorizado hasta los pesticidas, amenazan a las abejas y otros polinizadores [Potts et al., 2010]. Por ejemplo, los humos del parque automotor como el óxido de nitrógeno pueden interferir con la capacidad de las abejas para navegar y encontrar flores, lo que podría resultar en grandes áreas sin polinizadores [Girling et al., 2013].

  1. Imagen referencial generada con Copilot Designer