ReCultivando plantas y procurando su floración ayudamos a la preservación de estos insectos. Hacerlo sin químicos es una de las claves. Y si se cuenta con un jardín, también es bueno dejar lugares ‘intocables’ para que las abejas puedan encontrar dónde hacer sus nidos; la mayoría de las especies son solitarias y anidan en el suelo, dice Pablo Vial, de la agrupación Abejas de Chile.
Ayuda mutua Según datos de la agrupación Abejas de Chile, a la fecha se han descrito más de 440 especies nativas de estos insectos, la mayoría endémicas. Se trata de variedades que han evolucionado para obtener polen, néctar y aceites de plantas nativas. Por eso, al cultivar aquellas de la respectiva zona se ayuda a atraer y volver a establecer tipos de abejas.
En la Región Metropolitana, por ejemplo, ayudan ortigas, culén, maitén, algarrobo y chaguales.”